La blefaroplastia es la cirugía más demandada entre los hombres y la segunda, después del aumento de pecho, entre las mujeres. Esta intervención busca rejuvenecer la zona de la mirada.
La doctora Elena Jiménez explica que «la blefaroplastia es la cirugía de la mirada. Es una intervención quirúrgica que busca devolver una mirada más despejada y más fresca, como cuando éramos más jóvenes. No se trata sólo de quitar las bolsas o el exceso de piel como se hacía antes. Actualmente se busca un resultado acorde con la persona, la mirada de su juventud y sobre todo muy natural. Para realizarla tendremos que aunar varios procesos, según las características de las personas».
«Con el paso del tiempo los tejidos de alrededor del ojo envejecen, la piel se vuelve más laxa y tiende a caer, dándole a nuestra mirada un aspecto triste y cansado. En algunos casos el exceso de piel es tan importante que puede verse comprometido el campo de visión. También pueden aparecen las llamadas “bolsas”, debidas al prolapso de la grasa que rodea el ojo causado por la laxitud de los tejidos. Dicho proceso natural, puede verse acelerado por factores hereditarios, estrés, trastornos del sueño, enfermedades dérmicas, piel castigada por el sol, etc…», informa La Vanguardia.
El doctor Alberto Pérez Espadero, cirujano plástico y reconstructivo del Hospital General Universitario de Valencia y miembro de la SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora), añade que «la blefaroplastia consiste en eliminar el exceso de piel y grasa de los párpados. Además de esto podemos poner grasa en determinadas zonas si es preciso o cambiar la posición del párpado si se necesita. Es una cirugía muy potente desde el punto de vista del rejuvenecimiento facial. Podemos conseguir mejorar la mirada cansada, eliminar el aspecto de tristeza, mejorar la pesadez de los párpados. La ojera en sí también la podemos eliminar».
Esta cirugía se puede realizar en el párpado superior y/o en el párpado inferior. En el caso del párpado superior, se recomienda valorar tanto el exceso de piel y bolsas grasas en el propio párpado, como la posición de las cejas.
Elena Jiménez explica que en cuanto al párpado inferior se deben de valorar el «exceso de piel y elasticidad del párpado inferior, exceso de grasa y la posición del pómulo y del surco entre párpado y mejilla. La piel del párpado inferior puede tener buena calidad o por el contrario tener arruguitas, a veces una coloración oscura o incluso una ligera caída. En cada caso hay que valorar si se extirpa piel o no. Si no hay que quitar piel la cirugía se puede hacer por dentro del ojo (conocida como técnica transconjuntival). Si, por el contrario, se decide retirar exceso de piel, se realiza una cirugía externa».
También hay que tener en cuenta la posición del pómulo óseo respecto al ojo, que hace que las bolsas se vean más o menos.
Si el paciente tiene el pómulo óseo muy plano y las bolsas se marcan mucho. Es aconsejable realizar un tratamiento sobre esta zona del pómulo hundido.
Por ello hablamos con una experta en blefaroplastia. La Dra. Cecilia Rodríguez de la clínica de párpados, informa desde su consulta que es una intervención que suele durar una hora y se realiza con anestesia local o con anestesia local y sedación.
No requiere ingreso hospitalario, pero el periodo de recuperación es muy importante. Además, el paciente regresa a su domicilio el mismo día en pocas horas.
El paciente debe estar una semana aplicándose frío y los colirios que se pautan. No puede usar lentillas hasta que desaparezca la inflamación, agachar la cabeza, fumar ni antes ni después de la cirugía…
La inflamación puede durar un par de semanas, pero los resultado de la blefaroplastia son muy duraderos. Cuando pasan muchos años puede caer de nuevo un poco, o se puede formar algo de bolsa pero no vuelve a ser como la primera vez.
El doctor Alberto Pérez Espadero explica que «aunque no hay contraindicaciones absolutas, pero sí que hay que tener en cuenta algunas cosas antes de plantear la cirugía como antecedentes de ojo seco, glaucoma, laxitud de la piel, condiciones como la parálisis facial, etc. Como cualquier intervención, puede sangrar y se puede infectar. El riesgo de infección es muy remoto y el riesgo de sangrado es bajo. Otros riesgos más específicos son la irritación corneal (que se trata con gotas y pomadas) o el ectropión cicatricial, que se trata con otra cirugía (poner piel). Durante los primeros días se puede ver algo borroso, pero es completamente reversible».
¡Si quieres rejuvenecer tu mirada opta por la blefaroplastia!