El pilates es un ejercicio físico de baja intensidad que tiene beneficios comprobados en el fortalecimiento del cuerpo humano.
Joseph Hubertus Pilates, creador del método pilates fue un niño alemán enfermizo aquejado de raquitismo, asma, artritis y fiebre reumática durante la infancia. Con el tiempo descubrió que el ejercicio físico podía contrarrestar las deficiencias de su constitución anatómica endeble.
Hubertus se introdujo en el boxeo y llegó a trabajar como equilibrista en un circo. Cuando empieza la Primera Guerra Mundial, el circo en el que trabajaba se encontraba de gira por Inglaterra. Al tener nacionalidad alemana, Hubertus es apresado por las autoridades británicas e internado en el campo de concentración de Lancaster y, más tarde, en el de Knockaloe, en la Isla de Man, donde permanecería tres años y medio, hasta que terminó la guerra.
Es en este segundo presidio, donde Hubertus coincide con militares, compatriotas suyos, que llegan del frente, afectados por heridas de guerra que, en ocasiones, les impiden levantarse de la cama. Joseph Pilates pone sus conocimientos sobre deporte y anatomía al servicio de la recuperación de los soldados enfermos.
La web ABC Historia indica que en esa época, Hubertus inventa más de 20 artilugios distintos para fortalecer diferentes partes del cuerpo. Aparatos, algunos, que parecen instrumentos de tortura de la edad media. Construidos, todos ellos, con los medios que tenía a su alcance: poleas, cuerdas, muelles, tablones de madera, bidones, etc.
Los primeros prototipos de algunas de las máquinas de pilates más conocidas, como el Cadillac, que se utiliza para ganar fuerza en los brazos, los hombros y el trapecio, se diseñaron en aquella época. Desde un principio, el pilates tenía un carácter terapéutico.
Ese aspecto sanitario se conserva hoy en día. Así nos lo confirman los fisioterapeutas de la Clínica Rafael Guerra, una clínica multidisciplinar de Getafe (Madrid), que le da un enfoque holístico e integral a los tratamientos de rehabilitación, y en la que consideran al Pilates es una herramienta útil para la recuperación de ciertas lesiones.
Qué le pasa al cuerpo cuando hacemos pilates.
Como dice el doctor Diego José Giménez Belmonte, jefe de traumatología del Hospital Quirón de Murcia, el pilates es mucho más que un conjunto de estiramientos que nos sirven para aumentar la relajación.
A largo plazo, con el pilates se trabaja la flexibilidad y la fuerza muscular. Poco a poco, el sujeto puede percibir como gana tono muscular en zonas como el abdomen, la zona lumbar, las caderas, los glúteos y toda la parte central del cuerpo.
Con el pilates se adquiere coordinación y equilibrio. La fuerza muscular que se gana es equilibrada; es decir, se adquiere en las dos partes del cuerpo por igual, el lado derecho y el lado izquierdo, por lo que se evita la descompensación. Los ejercicios de pilates están diseñados para mejorar la postura de la columna vertebral y nos permite ganar control sobre la musculatura de las extremidades.
En la práctica del pilates, la respiración ocupa un papel importante. El sujeto debe respirar profundamente y de manera acompasada mientras se esfuerza en realizar correctamente los ejercicios. En pilates es más importante hacer bien los movimientos que realizar muchas repeticiones. Esto va a hacer que ganemos capacidad pulmonar y que mejoremos la circulación de la sangre.
Como es lógico, si no estamos acostumbrados a hacer deporte, las primeras sesiones de pilates pueden entrañar sus riesgos. El doctor Giménez Belmonte nos recomienda mantener la concentración y el control sobre los ejercicios. Esforzarnos en realizarlos según las indicaciones del instructor, pero sin forzar la amplitud de los movimientos. La intensidad la iremos aumentando poco a poco.
Por todas estas razones, la práctica habitual de pilates es beneficiosa para prevenir lesiones musculares y, cómo no, para recuperarnos de otras lesiones que señalaremos más adelante.
Beneficios del pilates para recuperarnos de las lesiones.
El blog del grupo Quirón Salud señala que la práctica del pilates tiene una serie de beneficios específicos para la recuperación de lesiones. Estos son algunos de los más destacados:
- Mejora la flexibilidad. Esto es beneficioso para prevenir lesiones y para facilitar la recuperación en cualquier parte del cuerpo.
- Aumenta la fuerza y el tono muscular. Se da principalmente en toda la zona central, en el tronco. Nos referimos a las caderas, los glúteos, los abdominales, la espalda, el pecho y el trapecio.
- Permite un mayor control muscular de la espalda y de las extremidades. Aunque probablemente ganemos fuerza y flexibilidad en estas partes del cuerpo, lo más interesante de los ejercicios de pilates es que ejercemos un mayor control sobre los músculos de estas áreas.
- Mejora la alineación de la columna vertebral. Gran parte de los ejercicios de pilates se hacen con la columna recta. Esto va a mejorar la postura de todo el cuerpo y va a prevenir desviaciones de espalda y de cadera.
- Se pueden realizar en procesos de rehabilitación. Una de las cosas interesantes del pilates es que podemos practicarlo aunque tengamos lesiones o zonas doloridas. Estos ejercicios no van a aumentar la lesión. Al contrario, van a favorecer la recuperación.
- Permite la rehabilitación segura en lesiones articulares y vertebrales. Relacionado con el punto anterior, si tenemos una lesión en las vértebras o en articulaciones como las caderas, los hombros, los codos o las rodillas, un programa de ejercicios de pilates centrados en estas zonas va a facilitar una recuperación segura.
- Relaja los hombros, el cuello y la parte superior de la espalda. Estas son partes del cuerpo en las que con frecuencia solemos tener contracturas debido a malas posturas o situaciones prolongadas de tensión muscular.
- Previene lesiones músculo-esqueléticas. Al ganar fuerza, las estructuras óseas y musculares están más protegidas. Con lo que tenemos menos posibilidad de sufrir una lesión al realizar determinados movimientos habituales. Acciones cotidianas como levantar peso o dar un mal paso, que en otras condiciones nos pueden causar algún daño.
- Mejora la capacidad muscular y la circulación periférica de la sangre. Estas son dos cuestiones de fondo que facilitan la recuperación de cualquier enfermedad o lesión que podamos sufrir. Al aumentar la capacidad pulmonar, recogemos más oxígeno en cada inspiración. Oxígeno que el corazón repartirá por todas las células del cuerpo mediante la circulación de la sangre.
- Mejora la concentración. Aumentar la concentración va a facilitar la relajación muscular y va a ayudarnos a soportar mejor el dolor.
- Aumenta la conciencia corporal. La conciencia corporal es la percepción consciente que tenemos del movimiento de las distintas partes del cuerpo. Ganar dominio sobre este aspecto nos va a permitir controlar mejor nuestros músculos.
Lesiones que se pueden corregir con el pilates.
El pilates está especialmente indicado para facilitar la recuperación en lesiones músculo-esqueléticas y problemas posturales. Como sucede en otros campos de la salud, el pilates es un complemento. Nunca puede sustituir al tratamiento que nos haya recetado nuestro doctor. La recuperación de una lesión es competencia del especialista médico.
Aclarado este punto, estos son algunas lesiones en las que el pilates facilita su recuperación:
- Lesiones de espalda. Hernias de disco, lumbagos, lesiones cervicales. Como hemos estado viendo a lo largo del artículo, los ejercicios de pilates nos ayudan a estabilizar la columna vertebral y mejora el control sobre los músculos de la espalda.
- Rehabilitación postoperatoria. En operaciones de cadera o de rodilla, los ejercicios de pilates ayudan a efectuar una rehabilitación segura y gradual, sin dañar otras partes del cuerpo.
- Lesiones de rodilla. En problemas como ligamentos cruzados, meniscos o condromalacia patelar (una especie de chirrido que notamos al extender la rodilla), el pilates ayuda a alinear la articulación y a fortalecer la musculatura que la rodea, acelerando la recuperación.
- Lesiones de hombro. Tendinitis, bursitis, recuperación de fracturas. Los ejercicios de pilates potencian la rehabilitación, ya que aumentan el arco de movilidad de la zona dañada y fortalecen el manguito rotador; el músculo que facilita la vuelta del hombro a la posición natural.
- Recuperación de una artroplastia de cadera. La artroplastia es la instalación de una prótesis de cadera. Esta prótesis puede ser parcial o total. Los ejercicios de pilates van a fortalecer los músculos de la zona y van a ampliar la movilidad de la cadera.
- Recuperación del codo de tenista. El codo de tenista es una lesión que se produce en la parte exterior del codo, justo donde se une con el húmero. Podemos percibirlo cuando sentimos dolor al estirar el brazo y girar la muñeca para atrás. Se trata de un micro-desgarro del tendón del codo, que se suele curar con la inmovilización de la articulación y con ejercicios de fisioterapia controlados a los que se les pueden sumar ciertos movimientos de pilates.
- Fascitis plantar. Esta es una enfermedad dolorosa que se sufre en los pies y que consiste en una inflamación de la banda de fibra que une el talón con la falange de los dedos. Ciertos ejercicios de pilates pueden ayudar a que no sea tan dolorosa.
En estas lesiones, la práctica del pilates es una ayuda más que recomendable.